Institución
Canónigos Regulares PremonstratensesOtras formas
1120
Los Premonstratenses (canonici regulares praemonstratenses), es una orden religiosa derivada de una congregación reformada de Canónigos Regulares de San Agustín fundada, en 1120 por el clérigo Norberto de Xantes (Renania del Norte-Westfalia), luego arzobispo de Magdeburgo. Por su fundador también son llamados Norbertinos; los Premonstratenses obtienen su nombre oficial del lugar de su primera fundación en la localidad de Premontré (Praemonstratum o Pratum Monstratum), cerca de la región de Laon (Francia). Entre los años 1120 y 1126 Norberto fue el autor de otras diez fundación en la Francia septentrional, en las regiones de Flandes, de Alemania Occidental, con el fin de crear nuevos monasterios o para reformar otros ya existentes, entre los cuales Notre-Dame de Floreffe, San Johann Evengelista en Cappenberg, Notre-Dame a Viviers, S. Michele en Anversa, St. Maria, Peter und Paul en Ilbenstadt, Saint-Martin en Laon e Notre-Dame en Cuissy. En 1126 el papa Honorio II (1124-1130) reconoció a Norberto y a sus adeptos su orden ascético de Premontré y la posesión de las abadías afiliadas. En el mismo año Norberto recibirá el título de arzobispo de Magdeburgo. El sucesor de Norberto en Premontré, Ugo Fosses (m. nel 1164), promulgó por primera vez en 1131 unos estatutos escritos, creando una organización centralizada según el modelo cisterciense, con un sistema económico autárquico fundado en las curtes (curiae). Pronto esta orden se extendió por Francia, Alemania, Países Bajos, Hungría, Portugal, España y Palestina, a través de nuevas fundaciones o con la conversión de anteriores abadías a la regla premonstratense. A principios de 1320, respecto al gobierno primitivo estructurado en filiaciones, se establecieron articulaciones de la orden por región o por ciudad, llamadas "circarías" (quae circa sunt), puestas bajo control de un visitador general. Durante el siglo XII las fundaciones premonstratenses solían estructurarse en abadías dúplices, con una comunidad femenina anexionada. Estas comunidades femeninas, a partir de 1140, empezaron a desaparecer; solamente en pocas regiones europeas estos monasterios dúplices sobrevivieron hasta el siglo XVI. En el siglo XVI la orden premonstratense sufrió una grave crisis provocada tanto por la relajación de la disciplina primitiva, como por las encomendaciones de abadías, además de las hostilidades protestantes. De las 92 grandes fundaciones premonstratenses existentes en Francia en 1770, 67 eran encomendadas. La Revolución Francesa suprimió las restantes, dejando a principio del siglo XIX solo pocas abadías en Austria-Hungría, Rusia y España. En España las instalaciones premonstratenses sufrieron la misma suerte durante el Gobierno liberal de Mendizábal (1835). En el siglo XX la orden volvió a florecer especialmente las regiones de Bélgica, Holanda y Alemania a partir de las cuales se fundaron nuevas abadías en Inglaterra, Brasil, etc. En España el primer monasterio fue el de Retuerta (1145) y el primer monasterio doble fue el de Monte Sacro, cerca de Osma. Las provincias se denominaban circarias, y la de España llegó a contar con 31 casas, especialmente en Castilla y Cataluña. Clemente VI había concedido a la circaria española la plena exención de los obispos en 1347. Esto a la largo produjo una relajación en las costumbres, que intentó ser abordada por Felipe II, que puso la reforma de la orden premonstratense en manos de los jerónimos. Finalmente en 1570, el papa aprueba cuatro puntos para reformar la regla: elección de abades cada tres años, separación de Premontrè (casa madre), introducción del rito y breviario romanos y sumisión al obispo y no al general de la orden. El siglo XIX trajo a España una serie de avatares políticos que afectaron al conjunto de órdenes religiosas españolas, cuyos conventos fueron exclaustrados en varias ocasiones y sus bienes desamortizados. En 1808 José I Bonaparte se sentaba en el trono español y estallaba la Guerra de la Independencia (1808-1814), en este periodo las órdenes religiosas fueron suprimidas a partir de un Real Decreto de 1809, muchos premonstratenses abandonaron sus conventos, los cuales fueron destrozados por la guerra, a la vez que era expoliado su patrimonio. Con la vuelta de Fernando VII al trono las órdenes religiosas fueron rehabilitadas y los conventos devueltos, pero en 1820 el pronunciamiento de Riego trajo el Trienio Liberal (1820-1823) durante el cual se promulgó la Ley sobre monasterios y conventos, por la que muchos conventos fueron exclaustrados de nuevo. La restitución del reinado de Fernando VII hizo que se interrumpiese el proceso, pero varios años más tarde, en 1835 se produce un nuevo proceso de exclaustración que cierra definitivamente la práctica totalidad de conventos masculinos españoles. Posteriormente los bienes eclesiásticos fueron adquiridos por el estado y vendidos en subasta pública durante la llamada desamortización de Mendizábal. Actualmente sólo la rama femenina tiene presencia en España, la masculina no obstante, sigue existiendo en varios países europeos.
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