Institución
Congregación de San Benito de Valladolid (España)Otras formas
desde 1500 hasta 1835
Durante el siglo XIV los monasterios benedictinos y cluniacenses hispanos estaban atravesando un periodo de crisis económica, agravado por una importante relajación de las observancias. El rey Juan I promovió una renovación de la vida monástica (vuelta a los ideales de austeridad, pobreza y trabajo, supresión de las encomiendas laicas, introducción de la Cartuja en Castilla y de los jerónimos en Guadalupe...), y en el marco de esas reformas hay que situar la fundación de un monasterio dedicado a San Benito en su alcázar de Valladolid (1389), con monjes procedentes de San Salvador del Moral (Palencia) y de otros monasterios del reino.
El objetivo era promover un cambio en las costumbres de los monjes, basándose en la observancia estricta de la regla de san Benito según las costumbres de Cluny y una clausura semejante a la de las clarisas, y eliminando el mandato vitalicio de los abades. sus comienzos fueron difíciles, pero poco a poco las costumbres que se implantaron en el monasterio vallisoletano se extendieron lentamente a otros cenobios a lo largo del siglo XV. Con la llegada al trono de los Reyes Católicos los programas de reforma eclesiástica alcanzan su punto álgido, estableciendo una estrecha relación entre Iglesia y Monarquía y continuando con la política de unión de los monasterios castellanos al de Valladolid.
El nacimiento de la Congregación de San Benito de Valladolid con pleno derecho tiene su base legal en la bula papal de Alejandro VI, fechada en diciembre de 1497, donde se aprueba lo determinado en el Capítulo General por la Observancia de Valladolid y se ponen las bases para organizarse como congregación. No obstante, la fecha oficial de creación que tradicionalmente admiten las fuentes es el año 1500, cuando la mayoría de los monasterios aprueban la bula y se redactan las Constituciones. Poco a poco se fueron incorporando a la reforma todos los monasterios benedictinos de la corona de Castilla, más tres casas catalanas (Montserrat, Bagues y Guixols).
Desde ese momento al superior de Valladolid se le concedía el título de Abad del Monasterio. El primero de ellos fue fray Pedro de Nájera, designado como reformador general de las comunidades benedictinas por los Reyes Católicos, hasta que dejó el cargo en 1509. Dicho prelado ostentaba a la vez el título de General de la Congregación, hasta que en 1670 ambos cargos quedaron independizados.
El mayor esplendor de la Observancia y de la Congregación de Valladolid tuvo lugar entre el siglo XV y mediados del siglo XVII. Posteriormente llegó una etapa de decadencia que duró hasta el siglo XIX, cuando las leyes desamortizadoras del primer tercio de siglo provocaron la expulsión de los monjes, la expropiación de sus casas y bienes y su consiguiente desaparición.
Real Decreto de 25 de julio de 1835 suprimiendo los monasterios y conventos de religiosos que no tengan 12 individuos profesos, de los cuales las dos terceras partes a lo menos sean de coro. Gaceta de Madrid núm. 211, de 29 de julio de 1835, páginas 841 a 842.
Real Decreto de 11 de octubre de 1835 suprimiendo los monacales. Gaceta de Madrid núm. 292, de 14 de octubre de 1835, página 1157.
MARTÍNEZ RUIZ, Enrique (Dir.): Diccionario de Historia Moderna de España. La Iglesia. Madrid: Editorial Istmo, 1998.